La eficiencia energética es un trampolín para llevar a cabo el problema del cambio climático y disminuir su huella ambiental. En lo que al sector de la construcción se refiere, los edificios son responsables del 40% del consumo de energía en Europa y del 30% de emisiones de CO2,  principales causantes de este fenómeno que se ha convertido en un reto global de la humanidad.

El consumo de energía de las nuevas edificaciones debe reducirse hasta alcanzar construcciones que generen más energía de la que consumen. En la actualidad, la iluminación, ventilación, acondicionamiento y agua caliente que son los causantes del consumo de energía primaria son los factores de mayor consumo energético.

La madera requiere mucha menos energía en el proceso de transformación que el acero o el hormigón. Por ejemplo, la energía requerida para producir una viga de madera laminada es una sexta parte de la que se necesita para fabricar una de acero de resistencia comparable. Es un material innovador y renovable, con una simple y clara elaboración que cumple el reglamento de las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar), por lo que se le considera como material estructural sostenible.

Una vez construido el edificio, la madera contribuye al ahorro de energía por sus cualidades como aislante térmico. Sus propiedades higroscópicas (la capacidad para regular la humedad relativa y la temperatura del entorno) crea ambientes templados, tanto en los meses cálidos como los fríos. Se considera que una pared de madera aísla 15 veces más que un muro de hormigón. Además, es también importante la cualidad de la madera de absorber el sonido mejor que otros materiales, por eso es el material natural ideal para la fabricación de paneles acústicos.

Estas propiedades hacen que la madera sea un material fundamentalmente apropiado para la edificación de viviendas pasivas, que sigan las pautas del modelo Passivhaus, el más riguroso y estricto en el ámbito de la eficiencia energética. Para la construcción de esta clase de residencias, cuyo consumo de energía está alrededor de 75 y un 90% menor, es obligatorio, entre otras cosas, proporcionar un alto nivel de aislamiento en las paredes externas y techo, debido a lo cual la madera es un material perfecto.

Aún queda mucho por investigar y mejorar, pero está claro que la madera, a pesar de ser un bien finito, está cobrando especial protagonismo en la construcción de viviendas con el fin de conseguir una mejor eficiencia energética.